El sueño que no fue (fragmento)
Esa noche de
domingo acompañado sólo por el fantasma de un adiós no dado, decidió escribirle
una carta final al amor de su vida que lo abandonó sin que su sueño se hubiera cumplido.
“Te escribo con el más profundo dolor
en el alma. Jamás pensé que volverías a tu pasado a pesar de saber que estaba
pendiente un futuro contigo. Un futuro soñado que incluía una familia formada.
Nadie dijo que iba a ser fácil, que
el camino estaría lleno de rosas sin espinas o que simplemente por designio del
universo desaparecerían las dificultades. Le dijiste adiós a un futuro para
volver a tu pasado. La respeto, fue tu decisión y hoy simplemente respondo a
ese adiós que no fue dado mirándonos a los ojos, como debió ser. Pero no te
juzgo.
Yo solo quiero decirte que acepto tu
determinación, pero quiero que sepas que me ha dolido. Nunca, jamás, Laura
Marcela actúe de mala fe. Te juro por lo más sagrado que nunca creí que te
fueras a ir. Te sentí luchar, creí en ti, puse todo de mí para que no te
fueras, a pesar de las amenazas constantes y el cuchillo en el cuello que
siempre estaban presentes. No hubo mala fe en lo dado ni en lo no dado,
simplemente era permitir que el tiempo nos diera la oportunidad para que lo
soñado fuera una realidad.
Hoy siento que la persona que amo se
fue y se llevó en su maleta los sueños de un futuro anhelado. Volviste a tu
pasado que odiabas y creías superado, para dejarme un presente que odió y que
creí superado. Lo nuestro no era perfecto, pero el tiempo le daría la razón a
tanto amor sentido. Duele saber que el futuro soñado hoy solo es pasado.
Tal vez no signifique nada para ti
saber que lo sentido es un presente, porque lo dado siempre tuvo la inspiración
en un futuro juntos, de hecho no se cuanto dure lo sentido, lo que sí tengo
claro es que si ha de morir, se irá a la tumba con la seguridad de haberlo
intentado todo.
Escribiré nuestra historia, así hoy no le
hayas permitido a Dios darnos la bendición en un altar ni dejar que se
construyera la familia soñada. Te repito que me duele que hayas regresado a tu
pasado, porque nos habíamos jurado construir un futuro a pesar de las
dificultades.
Tengo un profundo dolor por lo que no
fue, sobre todo porque me ilusioné con la idea de tener a Antonella o Ismael
correteando por nuestro hogar, ayudando a construir un futuro los tres llenos
de felicidad y de llanto de risa no de dolor. Y eso se siente, porque un amor
dado era una realidad irrefutable. No debía haber ninguna sombra de duda. Todo
fue dado con amor. Nunca te fallé. Tengo mi conciencia tranquila.
Laura Marcela yo a ti te amo y te
respeto. Cada caricia, cada beso, cada instante juntos acostados en nuestra
cama tuvieron como escenario un amor sentido y dado. No me arrepiento de cada
instante que compartí contigo en esas circunstancias.
Todo fue dado con amor y lo valoré,
así no lo entendieras. Y no sólo lo valoré sino lo respeté.
Hoy ya no estás a mi lado y me duele.
Te llevase nuestro futuro y la construcción de una familia. No te juzgo.
Respeto tu decisión y sobre todo entiendo que jamás nos volveremos a ver, que
nunca nos volveremos a hablar, por eso este mi último escrito, porque yo sí
quería despedirme así tu no lo hayas hecho. Eres lo mejor que me pasó en la
vida estos últimos años y soñé con un futuro contigo. Por eso hice los cambios
que disfrutaste estos meses.
Dios quiera que todo te salga bien,
aunque reconozco que sólo de saber que vuelves a tu pasado me duele y me llena
de tristeza.
Te repito, te amo. Ojalá algún día en
la reflexión de este presente que tuvimos la oportunidad de vivir, entiendas
que la construcción de un futuro no es fácil y solo dependía de los dos para
que fuéramos tres con un porvenir lleno de felicidad. Repito solo dependía de los dos, sin interferencias y
juraste un día que así sería. No se pudo, pero creo que con un esfuerzo adicional
se hubiera podido lograr. Te deseo lo mejor. Sólo Quiero reiterarte, no hubo
mala fe en lo dado o en lo no dado. Sólo se trataba de ir sumando hasta llegar
a lo soñado.
No te molesto más. Sólo quería
despedirme. Espero que ese derecho haya quedado satisfecho sabiendo que leíste
estas líneas escritas con el dolor en el alma y unas cuantas gotas derramadas.
Reconocer que tengo el corazón roto no
me hace menos valiente, lo importante es que cuando ya no duela levante mi mirada,
sonría y diga: estoy bien, así sepa que el amor de mi vida, a quien procuré
darle todo ya no está conmigo.
Te amo con un amor profundo".
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