Negociaciones en medio de la campaña
Tuve la oportunidad de asistir a
una interesante tertulia sobre el estado de las negociaciones de paz que
adelanta el Gobierno Nacional con las Farc. A la charla asistieron dirigentes
gremiales, académicos y dirigentes políticos quienes hicieron un análisis de
diferentes aspectos del proceso que se cumple en La Habana, Cuba.
Fue una interesante discusión
sobre los tiempos de la negociación, los mecanismos de ratificación popular, las
restricciones derivadas del “marco jurídico de la paz” y el derecho
internacional humanitario, situación de la guerrilla durante el intervalo entre
la celebración del eventual acuerdo y su implementación, el contenido del
acuerdo, factibilidad política del acuerdo y se hizo una evaluación de la
estrategia de las Farc.
En materia de tiempos de la
negociación es claro que la firma del acuerdo de paz no se va a lograr antes de
finalizar este año. Primero porque el Presidente de la República, Juan Manuel
Santos ha venido aplazando los periodos inicialmente previstos y reconoció
recientemente que un par de meses más serían necesarios al último plazo fijado
para noviembre.
Es decir, como van las cosas,
gobierno y Farc estarían suscribiendo el documento final hacia febrero del
próximo año, si no aparece otro nuevo plazo. Eso en medio de un debate
electoral que prácticamente ya arrancó, tanto para el Congreso de la República
como para la Presidencia de la República.
Los asistentes a la tertulia
coincidieron en que por bien que vayan las cosas los diálogos de La Habana se
desarrollarán simultáneamente con la campaña e incidirán radicalmente en los
resultados. Aunque algunos le apostaron a que con cara o con sello gana el
Presidente Santos. El argumento es que si se rompen los diálogos el gobierno
saldrá a cobrar la incapacidad de las Farc por llegar a la firma y eso le
favorecería electoralmente para su eventual reelección. Si se logra el acuerdo
con más razón habría un apoyo popular al Jefe del Estado que será refrendado en
las urnas. Sin embargo, varios de los asistentes a la charla hicieron una
apuesta arriesgada. Santos firma la paz y no se presenta a la reelección.
Frente a los mecanismos de
ratificación popular de los acuerdos de paz, los expertos coincidieron en que
una Asamblea Constituyente no es viable y por lo tanto, las Farc terminarán por
darle la razón al Gobierno Nacional y a la sociedad, que se han opuesto
radicalmente a este proceso de refrendación popular. Incluso le apuestan a que un
referendo refrendatorio sería suficiente.
Una de las mayores discusiones
tuvo como epicentro la participación política de los miembros de las Farc, que
es, precisamente, el punto de la agenda que se está discutiendo, pero sobre el
cual se cree no va a haber mayor dificultad, a pesar de las propuestas que han venido
presentando fuera de la mesa los negociadores de la guerrilla. Si bien, no se
discute que debe haber una presencia de la guerrilla en las corporaciones de
elección popular tras la firma del acuerdo de paz, lo que genera polémica es
quienes pueden hacerlo. Los máximos cabecillas de las Farc, que son los
responsables principales de actos de violaciones de Derechos Humanos? O quienes
asumirán esa vocería política desde el Congreso de la República, los Concejos
Municipales, las Asambleas Departamentales, Alcaldías y Gobernaciones.
El otro punto de discusión es van
a llegar directamente al Congreso de la República, sin someterse a elección
popular como lo propusieron desde Cuba? Es decir, que se les asigne mediante una
circunscripción de paz unas curules en el Senado y en la Cámara de
Representantes?. La propuesta tiene que ver con el temor de las Farc a que en
el juego democrático los colombianos en las urnas les digan no y fracasen en
las elecciones? Para los expertos, existe una gran probabilidad que ese fracaso
sea real y no alcancen la representación política en el Congreso de la
República mediante elección popular y por eso se juegan una carta bastante
difícil de lograr.
Para uno de los asistentes a la
tertulia, los colombianos tendrán que hacer un gran esfuerzo para tragarse ese
sapo y permitir que sí haya esa representación de las Farc en el legislativo,
porque es fin natural de cualquier proceso de paz, pero no solo frente a ese aspecto,
sino al que tiene que ver con los procesos penales que se siguen contra los miembros
de esa organización armada ilegal.
Y ahí entra otro punto de
discusión nacional el marco legal para la paz y su reglamentación en el
Congreso de la República. Se genera impunidad como dicen los detractores de la
negociación?. Hasta donde se puede legar en esta materia frente a los crímenes de
lesa humanidad y las graves violaciones de los DDHH? Hasta donde la sociedad va
a permitir que esos crímenes no reciban castigo?. Para los defensores de la
norma no genera impunidad porque quedó establecido que los autores de estos
delitos no podrán recibir beneficios legales, pero para otros hay un boquete
enorme que dejaría sin castigo a los responsables de estos hechos.
Para algunos bastaría que las
Farc pidan perdón y haya una reparación integral a las víctimas. Es decir, que
por fin la guerrilla reconozca que durante estos 50 años de violencia han
dejado millones de víctimas no sólo por los muertos, heridos y secuestrados
causados sino porque tras ellos están las familias que han tenido que sufrir el
dolor de la barbarie terrorista. Las Farc hoy no reconocen a sus víctimas y por
lo tanto no están dispuestas a hacer la reparación o la restitución debidas, lo
que ante la sociedad le cierra un gran espacio para entregarle posibles beneficios
legales.
Para los asistentes a la tertulia
el proceso de paz avanza muy lento porque para las Farc los tiempos son
distintos y se corre el riesgo que en medio de una campaña electoral el futuro
sea incierto, pero reconocen que no hay otro camino porque el gobierno prácticamente
se dejó llevar de esos tiempos y no van a ser suficientes otros dos meses de prórroga
para la firma del acuerdo.
Así las cosas cualquier escenario
es viable y no hay nada claro.
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