Mercado electoral
A tres meses de las elecciones para Congreso de
la República ya quedaron definidas las listas de los diferentes partidos y
movimientos políticos, que fueron inscritas ante la Registradurìa Nacional del
Estado Civil y arranca formalmente la carrera por las 102 curules en el Senado
y las 166 en la Cámara de
Representantes.
En total se inscribieron 23 listas con 776
candidatos al Senado y 317 listas con 1.557 aspirantes a la Cámara de
Representantes (y aunque se aprobó un proyecto para no presentar listas al
Parlamento Andino, ante la Registradurìa se inscribieron 7 con 23 candidatos).
A partir de la formalización de este proceso
legal, comienza la disputa democrática para definir quienes serán elegidos en
las 268 curules en el Congreso de la República y el llamado es a la
responsabilidad ciudadana para que no se convierta en un mercado electoral,
sino que se vote a conciencia.
Estamos frente a un gran reto electoral. Hace
muchos años no se veía una nómina de candidatos tan importante para el Senado
de la República. Las cabezas de lista de los partidos tienen talla presidencial
y quienes los siguen, en muchos casos, han tenido una gran importancia a nivel
nacional.
En el Liberalismo, Horacio Serpa; en el Centro
Democràtico, el expresidente Alvaro Uribe; en la U, Jimmy Chamorro; el
conservatismo, Roberto Gerlein; en el Polo, Jorge Enrique Robledo; en la
Alianza Verde, Antonio Navarro; en Cambio Radical, Carlos Fernando Galán y en
Mira, Gloria Stella Díaz, entre otros.
Y eso solo por enumerar las cabezas de lista
para el Senado. Igual ocurre en alguna medida en la nómina de aspirantes a la
Càmara de Representantes a nivel regional.
Así las cosas, ahora la responsabilidad es
nuestra. Los ciudadanos tenemos la obligación de ser responsables con nuestro
voto. Algunos promueven el voto en blanco y otros se mantienen en el voto por
algún candidato, pero cualquiera que sea la posición que asumamos, el balón
está en nuestro lado. No podemos ser inferiores a ese reto. No podemos permitir
ni coacciones ni la venta descarada del voto.
Incluso no podemos llegar a casos como: “yo
voto por usted pero me da tanto….” "Yo le pongo el microperforado en el
vidrio del carro pero me da tanto”… “Yo pongo el afiche en la ventana de mi
casa pero me da tanto…”. Suele suceder que en muchos casos ni siquiera quien
vende su voto o pega la publicidad por unos cuantos pesos termina votando por
el candidato.
La problemática es que socialmente lo de la
publicidad se volvió mas un negocio que empatía con las ideas a desarrollar o
simplemente el político deja atrás las ideas y propuestas y, se limita a
conseguir millonarias sumas para repartir y comprar el voto. Prácticamente
estamos frente a un mercado de conciencias. La gente se queja de los políticos que
esto y aquello, pero termina eligiéndolos previa compra de su voto o
simplemente no sabe elegir.
Por eso el llamado es al voto responsable.
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