"Conejo” a las víctimas
El proceso de paz que parecía haber entrado en una fase
definitiva con actos de cierto arrepentimiento por parte del victimario como
son las Farc, nuevamente entra en una etapa de desconocimiento a quienes han
sido afectados por la acciones terroristas que dejan en el camino miles de
muertos, heridos, desaparecidos, viudas y huérfanos.
Ese “arrepentimiento” pareció sincero y, la parte del país
que cree en las negociaciones, explotaba mediáticamente las declaraciones de
los voceros de las Farc desde La Habana y que ratificaba, convenientemente su
máximo líder, desde algún lugar de las montañas de Colombia (o de Venezuela
como lo advertían quienes representan la otra parte del país que no cree en los
diálogos).
Esas declaraciones a favor del reconocimiento de las víctimas
aparecieron previo al proceso electoral que le permitió al Presidente Santos su
reelección. La guerrilla contribuía a generar una especie de confianza en el
proceso y sobre sus resultados. Las declaraciones conjuntas sobre estos avances
se matizaban con un reconocimiento a la existencia de las víctimas de las Farc.
Terminado el proceso electoral y, entrando ya en ese
punto de la agenda de negociones, se volvió a una realidad. Se reconoce la
existencia de las víctimas, pero a la vez se desconoce una realidad necesaria
para que haya verdad, justicia y reparación. Estamos hablando de
arrepentimiento.
Las más recientes declaraciones de los negociadores de
las Farc ponen en entredicho su verdadera voluntad por reparar a quienes han
sido dolorosamente afectados por su acción terrorista, ya que han dicho que no
se arrepienten de nada de lo causado. Eso es una bofetada a las víctimas.
Y para demostrar lo poco que le importa a los victimarios
a quienes han sido objeto de sus acciones terroristas, pretenden que en la mesa
de negociaciones haya más representación de víctimas del Estado y no de sus
propias víctimas. Aunque en el más
reciente comunicado conjunto con el Gobierno Nacional “aparentemente” hay un
equilibrio de fuerzas en la presencia de las víctimas en La Habana, en los
foros realizados para analizar el tema y, en el listado previamente conocido,
se nota que la balanza no está del lado de las víctimas de las Farc.
Aunque el Jefe del equipo negociador del gobierno,
Humberto de la Calle y el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo
garantizaron, durante un debate en la Comisión Primera de la Cámara de
Representantes, la presencia equilibrada de las víctimas, falta ver en la
realidad si esto se va a dar o va a continuar la tendencia mostrada en los
foros previos.
Y víctimas de las Farc son los civiles afectados por la
acción terrorista así como, los miembros de la Fuerza Pública que han muerto o
han resultado heridos, y aquellos que sufrieron por años los rigores del
secuestro. Desconocerlos es un contrasentido y afecta sensiblemente la
credibilidad en el proceso.
Otra cosa distinta es pretender poner en ese mismo nivel
a los miembros de las Farc. Eso es inaceptable, porque quienes están al margen
de la ley son combatidos por las fuerzas legitimas del Estado representadas por
los efectivos de las FFMM y de policía, que sí han resultado víctimas de la acciones terroristas.
Lo que el país espera es que no se le haga “conejo” a las
víctimas.
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