Por el camino correcto
Una vez se conoció la muerte de los 11 miembros de las
FFMM en el Cauca, quienes han estado en contra de las negociaciones sin condicionamientos, reclamaron de inmediato
una acción real del Presidente Juan Manuel Santos más allá de la simple condena
a un acto que puso de nuevo en entredicho los diálogos de La Habana.
De hecho la primera reacción a través de su cuenta en
Twitter pareció darle la razón a los críticos sobre la falta de contundencia
frente a una acción que no solo dejó un número elevado de uniformados muertos
sino también más de 20 heridos: “Lamento
muerte de soldados en Cauca. Esta es precisamente la guerra que queremos
terminar”.
Mientras algunos defensores del Gobierno Nacional se iban
lanza en ristre contra los opositores de los diálogos por exigir que se
reiniciarán los bombardeos contra las Farc, cuya suspensión se había prorrogado
recientemente, se iban sumando voces que pedían medidas concretas contra la guerrilla
porque con este hecho rompía la tregua unilateral.
Esas voces aparecían incluso desde las entrañas de la
Unidad Nacional, el Senador de Cambio Radical Carlos Fernando Galán escribió en
su cuenta: “Ante emboscada de las Farc,
Gobierno debe reactivar bombardeos y ponerle ultimátum a esa guerrilla. No debe
haber negociación” y también provenía
de uno de los miembros de la Comisión Asesora para la Paz creada recientemente,
el expresidente Andrès Pastrana escribió: “Presidente
@juanManSantos el hecho cierto es que han roto la tregua”.
Desde la otra orilla, el Procurador Alejandro Ordoñez se
sumó a esa petición: "El presidente
debería ordenar el reinicio de los bombardeos contra las Farc”, dijo en un
comunicado.
Se esperaba con cierta expectativa el pronunciamiento de
los negociadores de la guerrilla desde La Habana y lo hubo con el mismo cinismo
de siempre, con la misma justificación de siempre y sobre todo generando las
mismas dudas de siempre sobre la verdadera voluntad de paz. Pastor Alape en rueda de prensa expresó que “a todas luces esto tiene su causa en esa
incoherencia del gobierno de estar ordenando operativos militares contra una
guerrilla que está en tregua. Sea emboscada o contraemboscada (poco importa),
lo que tenemos que ver es que hay unos colombianos muertos". Prácticamente
atribuyó a una “acción defensiva” la muerte de los uniformados.
Pasaban las horas y seguían las opiniones divididas sobre
lo que debía hacerse, porque se iban conociendo nuevos detalles sobre la
gravedad de lo ocurrido en Buenos Aires, Cauca. El propio ejército reveló en su
cuenta de Twitter que los uniformados “fueron
atacados con artefactos explosivos, granadas y armas de fuego”.
Con ese panorama se iba afianzando la petición al
Presidente Santos. Esta solicitud fue atendida por el Jefe del Estado, e
incluso fue más allá al reconocer que la guerrilla había violado su
compromiso: “Las FARC deliberadamente rompieron promesa de cese al fuego
unilateral. Rechazamos y condenamos este vil acto en contra de nuestros
soldados” tras lo cual hizo el anuncio formal que “Este hecho no quedará impune. Ordené a las Fuerzas Armadas levantar
la suspensión a los bombardeos”.
Los áulicos de turno se quedaron con las ganas seguir
acusando a los opositores del proceso de aprovechar políticamente la muerte de
los 11 militares al solicitar el restablecimiento de los bombardeos y de exigir
que se profundice la acción contra ese grupo guerrillero. Tuvieron que guardar
silencio porque el Presidente Santos tomó la decisión adecuada y para este caso
en particular se fue por el camino correcto.
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