Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015

Petro, ¿sepulturero de la izquierda?

Imagen
Gustavo Petro, el exguerrillero del M-19 que le apostó a la paz, que abandonó a las armas y que se sometió a las reglas de la democracia a través del voto popular que le permitió alcanzar una curul tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes y, convertirse en el tercer alcalde de la izquierda en Bogotá, está hoy en el ojo del huracán. Y lo está porque, según algunos analistas, fue uno de los causantes de la derrota de Clara López en las elecciones del pasado domingo. Y aunque su movimiento Progresistas se sumó pocas semanas antes a la campaña de la candidata del Polo Democrático y se pensó que le daría un gran impulso este apoyo pareció haberse convertido en el abrazo del oso. Ese respaldo le permitiría a la candidata de la izquierda ponerse más cerca de la victoria ya que prácticamente se encontraba en empate técnico con Peñalosa y Pardo. De hecho importantes funcionarios del gobierno Petro se sumaron a la causa y se movió la maquinaria del Distrito para darle un n

24 meses de ausencia

Hace dos años emprendí una lucha que parecía imposible de transitar. De hecho, muchos de ustedes y unos cuantos extraños se sorprendieron que comenzara ese camino. Precisamente, en ese proceso, fui sumando nuevos conocidos que se convirtieron en amigos y amigos que pasaron a ser ausentes. Todo hizo parte de una situación dolorosa que me dejó múltiples heridas, palabras dichas y palabras silenciadas, gritos ahogados y silencios prolongados. En estos más de 24 meses de lucha contra la sinrazón tuve a mi lado a mi hijo Juan Camilo a quien amo y respeto y, a quien debo darle muchas gracias por su permanente acompañamiento. También estuvieron conmigo mi familia, así como los buenos (as) amigos (as). Quiero darle gracias a Nancy Minaya, porque a pesar de la distancia hace parte de esta historia; a Don Miguel Tieck, a su novia (Tata) y a su hijo (Nicolás), porque fueron ángeles que Dios puso en mi camino;   a Carol Ramírez, a quien quiero tanto; a Cielo Pelayo, por estar siempre ahí;