Venezuela a la deriva
Todo parece indicar que
Venezuela se juega su propia suerte en esa lucha por el restablecimiento de la
hoy maltrecha democracia que el gobierno de Maduro dice defender con la
Constitución Política que pisotea a diario.
Lo triste de ese panorama
oscuro por el que transita el otrora país poderoso de América, es que las
naciones vecinas hacen mutis por el foro o simplemente son indiferentes porque,
en alguna medida, se han beneficiado de su petróleo o de sus petrodólares.
Y no vayamos tan lejos. Los
colombianos tenemos que hacer una introspección de la manera como hemos actuado
recientemente en esta crisis de Venezuela. Salvo un tímido llamado a un diálogo
entre el gobierno y la oposición hecho por el premio Nobel de la paz, Juan
Manuel Santos, hemos preferido mirar para otro lado.
Y tal vez esa falta de
liderazgo en el hemisferio para asumir un papel más preponderante en la
búsqueda de una salida a la mala hora que atraviesa el vecino, está
relacionada, no con el respeto por las decisiones internas de nuestros países,
sino a que se pueden poner en riesgo los procesos de paz con las Farc y con el
ELN.
¿Y mientras tanto qué?
¿Venezuela quedará a la deriva? Nada más peligroso que dejar a los venezolanos
solos en este momento en el que luchan por
encontrar un camino real de democracia. De mantenerse la actual situación, el
modelo Chavista-Madurista intentará volverse a propagar como la peste que
afectó a otros países del área.
Afortunadamente, algunas de
esas naciones cambiaron el rumbo pero no podemos confiarnos, tenemos que evitar
que esa plaga regrese o se extienda a otras latitudes que ven en ese modelo una
reivindicación social que terminan por afectar los mínimos derechos de acceso a
los medicamentos, a los alimentos, a los servicios de salud, entre otros.
Pero no solo está en riesgo
el acceso a esos mínimos vitales, sino que está en juego la democracia, la
participación ciudadana en la urnas como el caso del referendo revocatorio. Se
desconoce flagrantemente la Constitución, se violan los derechos de los
ciudadanos a decidir, se afianza la dictadura. Y mientras tanto los vecinos:
“Bien gracias”. Silencio absoluto o llamados a un diálogo de sordos porque los
poderes están cooptados por el Madurismo. Basta recordar que el presupuesto 2017 fue
presentado al “Congreso de la Patria” y a la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia desconociendo a la Asamblea Nacional que legalmente tenía
el poder legal de tramitarlo.
El gobierno venezolano llama
a un diálogo mentiroso con la oposición acudiendo a la mediación de la Santa
Sede para disfrazar, ante la comunidad internacional, su poder dictatorial y
para socavar las funciones de la Asamblea Nacional que anunció que le
adelantará un juicio político.
Mientras los venezolanos
acuden a las calles para reclamar sus derechos violentados por el régimen de
Maduro, los países vecinos apenas miran por encima del hombro como si el
problema no es también con ellos.
Se requiere una acción
inmediata de la comunidad internacional para proteger a los venezolanos que
luchan por un mejor futuro, que quieren un cambio verdadero y que piden a
gritos solidaridad real no pañitos de agua tibia, ni palmaditas en la espalda.
Es hora de ponerse en pie, es el momento de que los gobiernos vecinos actúen
sin temor y sin vacilaciones exigiendo el retorno de la democracia. No más
ambigüedades en el discurso.
Los venezolanos necesitan un
apoyo real y debemos brindárselo porque mañana podríamos ser nosotros los que
estemos pidiendo a gritos que se respeten nuestras democracias y nuestros
derechos. Y sin ir más lejos, por ejemplo, que se respete la voluntad en las
urnas.
Caricatura: La Patilla
Caricatura "EDO"
Caricatura: La Patilla
Caricatura "EDO"
Comentarios