Constituyente dictatorial

Una parte del pueblo venezolano acudirá este domingo a las urnas para votar la Constituyente convocada por el Presidente Maduro, quien ha reiterado que mantiene la jornada electoral a pesar de los resultados del Plebiscito realizado hace cerca de dos semanas y que tuvo más de 7 millones 600 mil votos en contra de su realización.

La Constituyente Chavista que elegirá 545 delegados, se llevará a cabo en medio de una grave crisis política y económica, y de las protestas contra el gobierno de Maduro que dejan más de un centenar de muertos en cuatro meses. Manifestaciones que se agudizarán esta semana con el llamado a un boicot cívico contra la Constituyente.

El paro nacional de 48 horas fue convocado por la oposición para protestar, además, por el arresto de Ángel Zerpa, uno de los 33 magistrados nombrados para una corte paralela por parte de la Asamblea Nacional. En un nuevo desafió a la Asamblea Nacional Venezolana Maduro amenazó, en alocución televisada, con detener a todos los magistrados elegidos: “esta gente que nombraron, usurpadores que andan por ahí. Todos van a ir presos, uno por uno, uno detrás de otro. Todos van a ir presos y a todos les van a congelar los bienes, las cuentas y todo, y nadie los va a defender”.

Y fue más allá al decir que si las elecciones fueran hoy el Chavismo volvería a ganar las elecciones presidenciales. Si así fuera por qué en lugar de votar la Constituyente que pretende perpetuarlo en el poder mediante la redacción de una Constitución ajustada a su medida dictatorial, convoca a elecciones generales.

Se trata de un mecanismo ciertamente popular pero ilegitimo como quiera que en el plebiscito del 16 de julio el 98% de los votantes le dijeron no a la Constituyente. Los candidatos Maduristas proponen entre otras cosas elevar a rango constitucional la lealtad a la revolución, la congelación de precios y el poder de las "comunas" sobre alcaldías y gobernaciones; dotar a los consejos comunales de poder de decisión sobre la producción de las fábricas y establecer tribunales populares para juzgar a los políticos son algunas de las propuestas de los candidatos. Sin duda es afianzar el Socialismo del siglo XXI.

Para sumarle un nuevo ingrediente a la polarización en Venezuela fue revelada una encuesta en la que el número de venezolanos que está en contra de ese proceso va en aumento. La encuesta flash de la firma Datanálisis publicada en el portal web ProDavinci, señaló que un 83,4% de los venezolanos considera innecesario modificar la Constitución de Venezuela de 1999, un 66,5 por ciento la rechaza y un 73 por ciento preferiría ser convocado a unas elecciones generales.

El 16 de julio la Mesa de la Unidad Democrática, MUD logró una victoria contundente pero no suficiente. Y no lo es porque el régimen de Maduro desconoció los resultados, con lo cual mantuvo la convocatoria a la Constituyente y porque, aunque se trató de un mecanismo de participación ciudadana basado en la propia constitución venezolana, las autoridades electorales chavistas, tampoco validaron el proceso.

Internamente sucedió lo que estaba previsto, una victoria del plebiscito simbólico y un régimen que desconoció los resultados. Pero más allá de lo que sucedió dentro de la propia Venezuela, no hubo una reacción de la comunidad internacional que validara lo sucedido y ejercer una presión real frente a Maduro y su gobierno.

Aunque el presidente de EEUU, Donald Trump y la alta representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, amenazaron con aplicar "fuertes medidas económicas" contra Venezuela si se impone la Constituyente, esto no ha sido suficiente como tampoco el rechazo que han expresado la OEA y varios países de la región.

Es el momento de tomar medidas reales y contundentes. La comunidad internacional no pude seguir pasando de agache ante la situación. La oposición no debe seguir sola en este esfuerzo por recuperar la democracia y devolverle la grandeza a la Venezuela que hace unos cuantos años era una potencia en América Latina. 

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