¿Qué nos dejó el 2017?
Está a punto de terminar el 2017, que pasará como
uno de los años más convulsionados en la historia del país.
Firmado el acuerdo de paz, a finales de 2016, esperábamos que el
país entrará en otra tónica distinta a la de ver miles de muertos y ataques por
parte de la guerrilla. Y aunque el acuerdo de la Habana permitió reducir el
número de muertos por esa violencia, que es una buena noticia, la paz lejos de
unirnos y nos dividió más.
Es increíble pero así fue. Más allá del resultado del plebiscito
por la paz que creíamos superado, este año la división creció y el país se
polarizó. La implementación de los acuerdos en el congreso desnudó esa realidad
y prácticamente puso a tambalear el proceso.
En conclusión y a pesar de todo, la paz no tuvo un buen 2017 así
se haya producido la dejación de armas, la reincorporación a la vida civil de los guerrilleros y su
ingreso a la política. Y no fue un buen año para la paz no sólo porque los
proyectos de ley y de reforma constitucional para la implementación no fueron aprobados en su
totalidad, sino porque muchos sapos que se supone habríamos de tragarnos resultaron
tan grandes que el pueblo colombiano no sólo no se los tragó sino que los
cuestionó.
De otro lado, y terminada parcialmente la guerra, Colombia asistió
a uno de los capítulos más oscuros y vergonzosos de su historia. La corrupción
hizo su aparición en todo su esplendor.
Por ejemplo, el caso de ODEBRETCH que salpicó a congresistas, a
funcionarios del gobierno (así santos haya tratado de minimizar su impacto) y a
empresarios. Fue una rueda que comenzó a
andar y aunque las investigaciones avanzan quedan muchos resultados por
conocer.
Y que decir del cártel de la toga. La sal se corrompió. Y lo único
que una sociedad no puede tolerar ni aceptar, es que los encargados de impartir
justicia sean corruptos. Ese es un límite al que no debió llegarse, pero
sucedió.
Y en este escándalo resultaron envueltos magistrados de las altas
cortes, y para ser más específicos, de la Corte Suprema de Justicia. Pero
además están involucrados abogados,
congresistas y otros cuantos más.
2017 sin duda marcará una página única en la historia del país.
Que nos deparará el 2018? Sabrá Dios. Pero en todo caso será un año que genera
muchas expectativas. Se nos vienen unas elecciones también históricas, como
quiera que por primera vez participan las FARC desarmadas, desmovilizadas y en
tránsito hacia la consolidación de un proceso que aún deja dudas.
Ojalá hayamos aprendido algo porque si seguimos por la senda que
vamos el país seguirá inevitablemente hacia el despeñadero.
Y como para atizar el fuego el Presidente Santos nos dejó dos
frases para cierre el año: Colombia tiene una enfermedad mental que solo le
permite ver las noticias malas y calificó a detractores y críticos del proceso de paz como
"traumatizados". No creo que
eso ayude mucho en la reconciliación entre los colombianos, al contrario, hace
que la hoguera crezca y de pronto el presidente termine más chamuscado en las encuestas.
Caricatura: Ricky
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