¿Y si viviéramos para siempre?
Por: Camilo Contreras MD
@MDJuanContreras
Algunas
veces nos hemos despertado cuestionando la razón de nuestra existencia. Algunas
otras con un objetivo fijo en nuestra mente donde no hay espacio para preguntas
triviales.
He
leído en múltiples artículos y visto en unos cuantos videos, de aquellos
"motivacionales" o de los que
pretenden cambiar el punto de vista de las personas que los ven o leen,
preguntar ¿y si mañana terminará tu vida, estarías haciendo lo que haces en
este momento? Que pregunta y que argumento tan estúpido.
El
ser humano tiene un don, un regalo entregado por Dios, tan preciado, tan
ignorado, que damos por sentado que lo tendremos, y que desperdiciamos tan
vilmente pero que al notarlo, es muy tarde. Sé que piensan que saben de lo que
hablo, pero se equivocan. De hecho es todo lo contrario. Este don es la muerte.
La
existencia del ser humano tiene sentido porque sabemos que terminará, los
esfuerzos que realizamos día a día por obtener recursos para satisfacer
nuestras necesidades, deseos o caprichos son para poder disfrutarlos mientras
llega la visita de la dama blanca, del hombre encapuchado de la hoz, de
Thanatos... Sí, le hemos dado muchas denominaciones algunas de ellas causan
temor y otras, una forma de salvación. Pero al final, cada una de ellas como
significado del fin de la vida como la perciben nuestros sentidos.
Si
el ser humano tuviera claro la fecha de su muerte probablemente distribuiría su
tiempo en una forma completamente diferente a como lo hace. Serían tan contadas
las personas que dedicarían su vida a aprender, a aportarle al mundo que,
probablemente recién estaríamos descubriendo la imprenta. Es decir, el ser
humano, sin importar si cree en una prolongación de la existencia después de la
muerte en este mundo, sabe y desea trascender en este mundo. Algunos con mayor
o menor intensidad pero nadie quiere morir sin saber que cambio la vida de
alguien, de una comunidad, de una sociedad o los más ambiciosos: del mundo.
La
mejor forma de plantear un cuestionamiento real a nuestros intereses sería ¿y
si vivieras por siempre, darías tu vida
a lo que realizas en este momento? ¿Se estaría dispuesto a entregarse del todo
a lo que nos apasiona hasta llegar a obtener respuestas o el resultado
anhelado? Ahora sí, responde esa pregunta y sabrás lo que en verdad quieres en
la vida.
No
pretendo restar importancia ni mucho menos decir que la vida no es importante,
pero y a pesar de que el regalo de la muerte nos aterra, esta nos invita a que
día a día demos sentido a nuestra vida, a nuestra existencia, no podemos
permitirnos que nos llegue el día de conocer la fecha aproximada o una
experiencia cercana a nuestra muerte para abrir los ojos a lo que en verdad
estamos llamados a hacer: trascender en el mundo.
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